Un trabajo elaborado por la Cámara Uruguaya de Productores Avícolas (Cupra), ha puesto de relieve que entre el 25 y el 30% de los pollos que se consumen en el país sudamericano proceden de Brasil y son introducidos en el país por contrabando, lo que supone una evasión fiscal de cerca de 40 millones de dólares, según el estudio.

El contrabando se produce no solo en aquellos departamentos más cercanos a la frontera con Brasil sino también en otros cercanos a la capital uruguaya lo que lleva a pensar a Cupra que se trata de una actividad comercial organizada, lo que ha motivado la denuncia ante el Instituto Nacional de Carnes (INAC), la Dirección General Impositiva, el Ministerio de Ganadería y la Dirección Nacional de Aduanas.

Este organismo destaca que la diferencia de precios en la carne de pollo procedente de contrabando y la comercializada legalmente en el mercado uruguayo es aún mayor teniendo en cuenta la reimplantación del IVA para este tipo de carne tras siete años.

En declaraciones al diario uruguayo El País, el secretario general de Cupra, Carlos Steiner, ha asegurado que el objetivo de este trabajo no es otro que el de poner de manifiesto el daño que el contrabando de este tipo de carne está ocasionando al sector avícola nacional.

Desde Cupra también están tratando de poner en marcha una campaña para la promoción del consumo de carne de aves en uruguay que eleve el consumo en 2 o 3 kg por persona y año durante los próximos años: "es una meta razonable elevar el consumo de los actuales 24 kg a 27 o 27 kg/persona/año", asegura el secretario general de Cupra.