Según la Asociación Brasileña de la Proteína Animal (ABPA), la primera de las consecuencias que está teniendo la huelga de inspectores veterinarios que se está produciendo en Brasil es la retención en los puertos de miles de toneladas de carne que deben ser exportadas. Para el presidente de esta organización, Francisco Turra, la situación está provocando problemas en los mercados exteriores y por ello ha hecho un llamamiento tanto al Gobierno brasileño como a los líderes sindicales para poner fin a la huelga.

El paro laboral, que dio inicio el pasado 17 de septiembre, está suponiendo pérdidas considerables para las empresas avícola y porcinas del país. Esta situación está motivando que ante la imposibilidad de mantener el ritmo de salida desde los puertos, los mataderos reduzcan su actividad al no tener espacio para almacenar la producción. Además los contratos de exportación se están viendo amenazados en un momento que ABPA considera como positivo para sus exportaciones.

Desde la Asociación Brasileña de Frigoríficos (Abafrigo) han solicitado medidas cautelares para que se garantice la producción, transporte y venta de la carne que producen sus miembros. Para Abafrigo, esta huelga es "lamentable, antipatriótica y absolutamente contraria a los intereses de las candeas productivas de la agroindustria brasileña y el país, especialmente en esto tiempos de dificultades extremas que vive la nación".

Por su parte, desde el Sindicato Nacional de Inspectores Federales Agropecuarios se asegura que se están manteniendo los servicios esenciales para garantizar la salud pública y la sanidad animal y vegetal.