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El juez baraja vender el edificio y el equipamiento del Matadero Central de Asturias en fases

El largo concurso que ha envuelto al Matadero Central de Asturias ha llegado a su final, al menos por el momento. Tras concluir el plazo establecido que el adjudicatario, el administrador de Mafrimargo5, Julio Enrique Díaz, tenía para depositar la garantía provisional para hacerse con la unidad productiva del macelo, el juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo le ha enviado una providencia en la que le informa que ha decaído su derecho a ejercer la compra, según informa El Comercio.
La incógnita a despejar radica en saber si habrá un nuevo concurso o si, por el contrario, la instalación noreñense se desmantelará vendiendo la instalación y el resto de equipamiento en diferentes fases. Según fuentes judiciales, esta segunda opción sería la elegida por el juez, por el momento. Es la alternativa más probable aunque no la definitiva, y persigue una salida mejor y más rápida de la instalación que permita trabajar con normalidad y con el mejor rendimiento lo más pronto posible.

Los trabajadores son contrarios a esta opción, ya que desde el primer momento han pedido que el Matadero siga abierto tanto para conservar sus puestos laborales y por el servicio que proporciona el macelo al sector cárnico de la región. La instalación, que estuvo en activo durante más de 45 años, cumplió precisamente ayer 19 meses sin actividad y de encierro de un nutrido grupo de empleados. Los extrabajadores también están personados en la causa y han estado muy activos durante todo el proceso. Hace un mes, a través de su letrada, solicitaban al juez que convocara un nuevo concurso y declarara desierto el que acaba de finalizar.

5 meses de incertidumbre

La decisión final que adopte el magistrado titular del juzgado de lo Mercantil número 2 de Oviedo repercutirá no solo en el futuro laboral de los extrabajadores sino también en la actividad comercial de la zona debido a que el macelo era y es una de las empresas más arraigadas en la Villa Condal.

La decisión judicial pondrá fin a cinco meses de inquietud sobre el futuro de la instalación, desde la visita a la que acudieron los por entonces tres candidatos a hacerse con la unidad productiva del macelo y en la que finalmente quedaron solo dos como posibles adjudicatarios.

El pasado 18 de septiembre, el magistrado citaba a los interesados para dar a conocer las propuestas económicas y brindarles la oportunidad de incrementar la cuantía a desembolsar por la instalación. Serincar92, empresa del grupo Panero, había planteado una oferta de 1.350.000 euros; Macelo de Mieres, 1,5 millones de euros; y Mafrimargo5, 1.750.000 euros. A la hora de la puja, Panero mantuvo su oferta al igual que Mafrimargo5 mientras que Macelo de Mieres la subió a 1,8 millones de euros. El juez en ese momento dejó fuera del proceso a Panero y siguieron los otros dos aspirantes.

Por su lado, Macelo de Mieres supeditaba la compra a la concesión de subvenciones y después de esperar y no obtener garantías de estas ayudas por parte del Principado retiró su oferta quedando solo la de Mafrimargo5, a la que el juez adjudicó la venta en diciembre.

Los problemas para notificar la decisión del juez se sucedieron y finalmente fue la Guardia Civil de Parres la que la entregó en el matadero de Margolles el documento. Tras la recepción, Díaz tenía diez días para consignar el 10% de la oferta en concepto de garantía, algo que no se produjo
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