La disputa del Ayuntamiento de Aranda con la empresa Hermanos Chico Galindo, adjudicataria de la gestión del matadero municipal desde 1986, se ha resuelto con la aceptación de la firma privada de una nueva prórroga, que da un balón de oxígeno en forma de tiempo para que los responsables municipales puedan desbloquear el proceso de enajenación de estas instalaciones y la parcela que ocupan, según informa Diario de Burgos.

Sin embargo, las pretensiones de los responsables municipales no se han visto cumplidas en toda su magnitud, ya que desde el Ayuntamiento se pedía que la empresa agroalimentaria se mantuviese al frente de la gestión de este matadero durante un año más, pero Hermanos Chico tan solo se compromete a mantener activas estas instalaciones durante cinco meses, hasta el próximo 10 de agosto. «Hemos aceptado la prórroga de cinco meses para que el Ayuntamiento tenga tiempo para poner las cosas en movimiento, supongo que es importante para todo el mundo. Pero es una prórroga definitiva para conseguir una solución igualmente efectiva. Esperamos que el Ayuntamiento se ponga las pilas y haga su trabajo», comentaba Miguel Chico, director de comunicación del Grupo Agroalimentario Chico, que sentencia que «para nosotros este tema está zanjado y ahora es el Ayuntamiento el que se tiene que poner manos a la obra».

Con este nuevo margen de cinco meses, la empresa va a seguir trabajando como hasta ahora, teniendo como efecto colateral de esta decisión la del mantenimiento de la plantilla que realiza las diversas labores en el matadero y sala de despiece. Un total de 28 personas que hasta el próximo mes de agosto van a continuar en su puesto de trabajo, sin la incertidumbre que sobre ellos planeaba en las últimas semanas, al no saber si la situación laboral se traduciría en despidos o traslados a otras empresas.

Por parte de Hermanos Chico aseguran que el plazo de prórroga aceptado, esos cinco meses, «no es caprichoso sino que es producto del análisis de la situación económica y empresarial de esta sociedad, que no puede permitirse demoras a más largo plazo». Entre los problemas que asegura la empresa que le está generando esta situación, destaca las complicaciones en la gestión «derivados de una situación de transitoriedad», ya que «se llevan más de dos años de prórrogas y la incertidumbre impide trabajar planificaciones a medio y largo plazo, lo cual produce un daño evidente en la gestión empresarial».

En este último escrito registrado en el Ayuntamiento de la capital ribereña, los representantes de la empresa agroalimentaria insisten en que «la incertidumbre repercute ineludiblemente en la plantilla, que padece las consecuencias de un futuro incierto» y consideran que la imposibilidad de acometer inversiones en estas instalaciones, «que arrastramos desde hace dos años» les está impidiendo abordar nuevos mercados ya que no cuentan con la infraestructura necesaria para cumplir los requisitos que se exige en otros países para la exportación de productos.

Por todos estos problemas sobrevenidos, la empresa Hermanos Chico insiste en que está realizando «un esfuerzo máximo» para aceptar esta «prórroga definitiva e inaplazable de cinco meses» para dejar hacer al Ayuntamiento.