El Consejo de Estado de Francia ha rechazado la normativa que aprobó en su momento el gobierno francés con la que se quería evitar que los análogos cárnicos hechos a base de vegetales pudieran utilizar nombres de derivados cárnicos que se anunció en febrero y que entraba en vigor a partir del 1 de mayo, imponiendo multas de 7.500 euros.

Este estamento ha puesto en duda la legalidad de la prohibición ya que considera que un Estado miembro de la UE puede no tener competencia para adoptar medidas nacionales que regulen o prohíban este tipo de designación. La prohibición no se aplicaría a productos fabricados o comercializados en otro Estado miembro de la UE o tercer país. Eso significa que los productos cárnicos extranjeros de origen vegetal podrían seguir utilizando este tipo de términos en Francia.

Además señaló que la aplicación a partir del 1 de mayo perjudicaría grave e inmediatamente los intereses de las empresas francesas de análogos cárnicos. No sólo se les exigiría que cambiaran el nombre de sus productos –y esperarían que se mantuviera la lealtad del consumidor– sino que también pagarían para cambiar el material de marketing y el envasado.